Tres pueblos bolivianos de los que no has oído hablar
En esta entrada te descubriremos tres pueblos bolivianos de los que seguro no has oído hablar:
Fecha realización del viaje: 04/05/2019
Bolivia tiene algo especial, no sabríamos deciros el què pero esta en su gente. Sabemos que son muchos los que critican al boliviano por ser serio y poco cordial. Lo hemos leído en varios blogs y oído comentar a algunos viajeros. Pero si nos preguntais a nosotros, sólo podemos deciros que los bolivianos nos trataron genial.
Después de estar en Bolivia un mes, podemos afirmar que el encanto del país está en sus pueblos. Los pueblos de cuatro calles y una plaza. Los que tienen las gallinas corriendo libremente por sus calles de arena. Esa es la Bolivia auténtica, la que te cautiva y te hace renovar tu visado porque 30 días no son suficientes. Sean cholitas o canvas, la gente de los pueblos tiene carisma. Ciertamente, al boliviano hay que preguntarle pues no es como el argentino que te ayuda cuando te ve perdido. Uno tiene que dirigirse al boliviano y pedirle ayuda y ya esta.
padilla
Cuándo estando en Sucre decidimos poner rumbo a la Ruta del Che nos dimos cuenta que había muchos pueblitos antes de llegar a La Higuera. Para nosotros saltarnoslos no tenía ningún sentido, así que decidimos visitar algunos.
Nuestra primera idea era ir a Pisili, un pueblo muy pequeño cerca de Tarabuco, lugar conocido por su mercado dominical. En Pisili teníamos el contacto de una chica cuya familia recibe viajeros. Al final nos respondió tarde y no fuímos a su casa pero para todos los que quereis convivir con una familia boliviana os dejamos el contacto.
Hospedarse con locales siempre tiene beneficios y convierte las estadías en más auténticas.
El bus des de Sucre nos dejó en Padilla, un pueblo que recibe muy pocos turistas. El sitio nos llamó la atención por un hecho histórico, fué el lugar de nacimiento de un personaje famoso.
La Juana Padilla es uno de los personajes femeninos más destacados en la historia de Bolivia por su papel en la guerra de la independencia y su lucha constante en defensa de los pueblos indígenas.
Mireia, en su imaginario esperaba encontrar en el pueblo un guía local que nos explicara más sobre ella. La verdad és que la Ruta de la Juana como atractivo turístico por el momento no existe. Una lástima!
No obstante, estuvimos bastante distraídos pues ése sabado se celebraba en el pueblo la “Fiesta de la Cruz” y se organizó una feria en el pueblo, con mucha comida y con toda la población participando. Allí, unos niños nos hicieron una entrevista para completar sus deberes de la escuela.
El día pasó entre la feria y el mercado central. Sí, sí, el Mercado central lo conocimos bien porque en su segunda planta se ha montado el alojamiento comunitario. Es decir, dormimos encima del mercado. También desayunamos y comimos en él.
VILLA SERRANO
Des de Padilla, que por cierto tiene una buena estación de bus, salen diariamente autobuses hacia Villa Serrano.
Creíamos que Villa Serrano sería un pueblo más grande, y bueno, quizás sea un poco más grande pero tampoco mucho. Villa Serrano, parece que recibe más turismo, aunque todo nacional y la verdad es que se esfuerzan en promocionar que tienen el charango más grande del mundo.
El charango es un instrumento musical de cuerda más pequeño que la guitarra y con 10 cuerdas. Es un instrumento tradicional del folklore boliviano que popularizó el artista Mauro Nuñez nacido en Villa Serrano. En su memoria construyeron el charango más grande del mundo, que entró en el record guiness y se puede visitar en el museo del pueblo.
Fuímos a visitar el museo, para lo que tuvimos que esperarnos al lunes. Cuando llegamos el domingo al pueblo no había nada por hacer, así que nos limitamos a pasear, intentar encontrar algo de información hablando con la gente y ver el partido de fútbol que se jugaba en el campo del Villa Serrano.
La curiosidad de Mireia, que siempre hace mil preguntas, nos llevó al taller del maestro charanguista del pueblo, Hugo Chavarría. Allí, vimos algunos charangos en proceso de construcción y el profesor nos tocó una cancioncita. Nos invitaron a ir a la clase de música por la tarde pero nosotros nos íbamos antes así que no fuímos.
La governación de Villa Serrano, en sus esfuerzos por promocionar el turismo en la zona, colocó carteles informativos por todo el pueblo. En su parte delantera se muestra un mapa de la población y en su parte trasera 4 rutas distintas para hacer a sus alrededores. Preguntamos por las rutas pero no hay nadie que te lleve, así que básicamente no se pueden visitar, quizás si tenéis coche propio os podeis aventurar. Nosotros nos quedamos con las ganas.
NUEVO MUNDO
Nombre demasiado prometedor para un pueblo que tiene dos calles y muchos cerdos. A Nuevo mundo llegamos en la parte trasera de un camión que transportaba limones. De Villa Serrano a Nuevo Mundo sólo pasa un autobús diariamente, sobre las 6 de la mañana, así que si quieres ir por la tarde, la única opción es subirte a un camión.
De poco nos sirvió llegar allí a las 13h porque hasta las 18h no conseguimos un guía para llevarnos a La Pajcha. La Pajcha era nuestra pequeña obsesión, una cascada de 95 metros de caída que queríamos ver sí o sí.
Des de Villa Serrano nos digeron que para ver La Pajcha teníamos que ir a Nuevo Mundo y allí fuimos lo que pasó es que nadie sabía como llegar allí. Bueno, sí lo sabían, te indicaban hacia arriba pero nosotros no queríamos ir solos, queríamos un guía.
Una odisea fue lo que vivimos en ese pueblo, frustración, esperas y tocar distintas puertas para pedir información dieron resultado 5 horas más tarde. A las 18:30h, cuando la noche ya había oscurecido el pueblo que quedaba tenuamente iluminado por sus escasas farolas etabamos en casa de Don Reinaldo comiendo las mejores naranjas de la zona y decidiendo a qué hora empezaríamos nuestra aventura a día siguiente.
Lo habíamos conseguido y sabíamos que sería una gran aventura pues la mujer de Don Reinaldo le había advertido que tenía que llevarse el machete para abrir camino. A la vuelta, pasaríamos por la Cueva del Tigre y el Puente del Diablo.
La emoción duró lo que duró la noche, Mireia amaneció comida por picaduras de mosquitos que de nuevo le hacían alergia y decidimos renunciar a lo que tanto nos había costado e irnos al hospital de Vallegrande.
Nunca sabremos si hicimos bien o no, había un puesto de salud en el pueblo y hubieramos podido ir allí pero no nos daba mucha seguridad y preferíamos ir a un hospital más grande. El problema era que si nos quedabamos en el pueblo y en el puesto de salud no nos podían dar los farmacos contra la alergia habríamos perdido el único autobús hacia Vallegrande. Así que bueno, nos fuimos sin ver La Pajcha y dejando a Don Reinaldo con las ganas de pasearnos.
Los días siguientes, con Mireia ya recuperada dudamos mucho sobre si volver atrás pero al final decidimos continuar con el viaje.
Os dejamos el contacto de Don Reinaldo porque si quereis ir eviteis dar vueltas por el pueblo inútilmente. Con buen tiempo y sin lluvias los días anteriores también podeis contactar con el Pastor que ofrece alojamiento en La Pajcha. Con él también contactamos pero no nos podía pasar a buscar por Nuevo Mundo.
Con o sin La Pajcha, el pueblo es muy bonito. Se encuentra en una especie de Valle y si subís a la Cruz ( una cruz que hay encima de un cerro) podreis ver des de arriba el pueblo y las montañas verdes que lo rodean.
Cenar o almorzar puede ser un problema, así que preguntarle a la señora que hay dos casas hacia arriba contando des de la tienda que hay delante de la plaza. Ella os preparará “ de lo que hay” por 10 Bs. El “de lo que hay” resultó ser pollo con arroz. Otra opción, que no sabíamos, es comer en el quiosco de la plaza que durante todo el día había estado cerrado y que por la noche abrió para vender algo así como hamburguesas.
Para salir de Nuevo Mundo hacia Vallegrande hay que tomar la flota ( bus) que pasa sobre las 7 de la mañana. Los horarios no son exactos.
En conclusión, quizás no sean los lugares con más atractivos turísticos de Bolivia pero en ellos vivimos grandes experiencias que forman parte de los viajes y convierten a un turista en un verdadero viajero.

Queréis continuar el viaje con nosotros, pues vamos que descubriremos como murió el Che Guevara y continuaremos recorriendo verdes pueblos como Samaipata y los de la Chiquitanía.