Tras descansar un poco y tomar agua retomamos el camino hacia el Campamento Poincenot, todo este tramo es muy bonito porque vas viendo cómo te acercas al Fitz Roy.
Llegados al Campamento Poincenot decidimos montar la tienda de acampar puesto que había mucha gente y no queríamos quedarnos sin un buen sitio para acampar. Esa pausa también nos sirvió para descansar un rato, beber agua y comer algo.
A partir de aquí empieza la jarana (sí, nosotros también somos fans de La Casa de Papel). Lo que encontrareis aquí es una subida que podría llevarte al cielo porque se hace eterna, aunque yo creo que más que celestial es infernal. Es sólo 1km pero tiene un desnivel de 400 metros y es una subida escarpada por roca. A demás, en muchos tramos el camino es tan estrecho que sólo pasa una persona a la vez.
A Mireia le pasó algo raro porque subió como si se hubiera tomado un redbull y le hubieran dado alas. Se lo pasó tremendamente bien subiendo los escalones de dos en dos. Y mientras el resto de mortales estábamos sin aliento, ella feliz. Eso no ocurre casi nunca, pues siempre suelo ser yo quién camina más rápido.
Arriba la recompensa es en mayúsculas, MENUDO ESPECTACULO DE LA NATURALEZA!