Al llegar al pueblo de Maragua decidimos ir a visitar la Garganta del Diablo y como petición especial bañarnos. Nuestro guía nos llevó a una cascada dónde Kriesten y yo nos metimos.
Después cocinamos juntos la cena, que estaba exquisita y hablamos de todo hasta que ya de noche subimos al tejado para ver uno de los mejores cielos estrellados que hemos visto jamás. Era comparable con el que vimos haciendo trekking en Islandia.
El Hostal que Doña Paulina tiene impecable es precioso, lleno de elementos de la cultura Jalq’a como sus tejidos, hecho con materiales de la zona ( madera, lana, adobe) y con un jardín lleno de plantas.
El día siguiente empezó viendo salir el Sol des de el tejado, taza de café en mano y oyendo el quiquiriqui de los gallos. Sí, nos pusimos en marcha temprano porque nos tocaba subida y queríamos evitar el imponente Sol que el día anterior nos había hecho sudar la gota gorda.
cultura jalq'a - lengua quechua